martes, 12 de junio de 2007

El cóndor regresa al mar tras un siglo de ausencia


Simón Guerrero

Después de más de cien años de soledad, sin la presencia imponente del cóndor de los Andes, las Sierras de Paleimán, en la Patagonia atlántica de Argentina, disfrutan de nuevo de su vuelo majestuoso, gracias al esfuerzo mancomunado de alrededor de 60 instituciones suramericanas, norteamericanas y europeas, que en 2003 iniciaron el proyecto "El retorno del Cóndor al Mar. Se han liberado desde entonces unos 13 ejemplares. El éxito logrado por este proyecto demuestra que la satanizada "globalización" puede transformarse en colaboración y solidaridad.

Naturalistas como Charles Darwin y Enrique Hudson lo reportaron en esta región a mediados del siglo XIX. Sin embargo, la especie desapareció de la zona hace unos 170 años. Como consecuencia de un trabajo de campo intensivo y de la más sofisticada tecnología de seguimiento satelital, la pequeña población de 13 individuos ha ido ocupando poco a poco su antiguo rango de distribución, llegando a reportarse su presencia a 117 Km. del lugar de liberación. En septiembre próximo se liberarán siete nuevos cóndores, la mayoría de ellos nacidos en cautiverio en diferentes zoológicos de la región. Sólo Mallky, un sub-adulto liberado en diciembre del 2003 y rescatado luego, tiene experiencia de vuelo. Los demás nunca han volado libres, por lo cual deberán permanecer durante dos meses en la plataforma de liberación de Paleimán, adaptándose al entorno. Los ejemplares liberados deben ser capaces, además, de romper con su pico el cuero de la carroña que comen y respetar el orden jerárquico de la especie a la hora de comer.

Cuenta Luís Jácome, director del proyecto, que la experiencia más emocionante la han vivido cuando llegan a una nuevo territorio ocupado por las aves liberadas y al preguntar a los lugareños por el nombre de la zona, la respuesta siempre es del tipo "dormidero del cóndor" o "descanso del cóndor", a pesar de que en esa región hacía casi dos siglos que el cóndor era una simple palabra. Es como si los cóndores nacieran equipados con una brújula genética, que les permitiera redescubrir sus cotos ancestrales.

Lo más extraordinario del proyecto "El Retorno del Cóndor al Mar", es que ha demostrado que es posible la armonía entre el hombre y la naturaleza. El retorno del cóndor a la Patagonia Atlántica también ha hecho posible la recuperación de antiguos ritos vinculados a esta ave legendaria. Por eso cada vez que se libera un cóndor, líderes espirituales de las comunidades originarias de la región realizan ceremonias ancestrales, para propiciar el regreso de las aves a su ambiente natural y honrar a todos los seres vivos de la Tierra. Entre los ritos figura una invocación a la lluvia, pues en esta región desértica el cóndor es visto como el mensajero del agua, el único que puede llegar hasta las nubes y hacerlas derramar la lluvia minuciosa.

Pues resulta que en cada una de las 5 primeras liberaciones llovió. Luís Jácome dice que no sabe si es milagro o coincidencia pero que tampoco le interesa averiguarlo. Hay misterios que es mejor aceptarlos que explicarlos.

Viendo volar al cóndor sobre las interminables sierras de la Patagonia, al margen de los resultados, más allá de la tecnología de punta y la conservación de las especies en peligro, uno presiente que se trata de un proyecto más divino que humano. Que los miembros de este equipo, que se entregan a su tarea en cuerpo, pasión y alma son, de una manera inescrutable y misteriosa, cómplices de Dios.

guerrero.simon@gmail.com

Gracias a Sanyia F. por enviarme este artículo y a Simón por autorizar su publicación.

Simón escribe en el Diario Libre de República Dominicana.
En palabras de Sanyia, Simón es ecologista, filosofo, eterno maestro de literatura y científico experimental de la Columbia de Nueva York.

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