sábado, 21 de abril de 2007

Carta de Amor, Ganadora del Concurso Mont Blanc 2007

Caracas, 18/01/07

Nic,
Me urge confesarte cómo empezó toda esta locura.

Disculpa si me paso de rata algunas veces; tengo que decirte la verdad porque te amo:

Todo comenzó un día que, cuando salía del gimnasio, me saludaste amablemente. No te recordaba, pero tú te adelantaste y te presentaste de nuevo, indicando que eras el mejor amigo del novio de Teté.

"Obeso y con nombre ´e pueblo", sentencié, cuando supe que volteabas al grito de NICASIO. Cero uno. Me pediste el celular, y te lo di para que mis amigas no dijeran que era una diva miserable. Pero, no sé cómo, abominablemente, desafiando toda lógica, me empezaron a gustar tus mensajitos.

"El gordito se está graduando en filosofía, se tripea el cine clásico norteamericano, disfruta comer en abundancia (engullir, más bien). En fin, chama, nada que ver, sólo le escribo cuando estoy aburrida".

Nada por qué preocuparse, hasta cuando uno comienza a aburrirse con mucha frecuencia.

Comenzó la tortura: me GUSTA el gordito. Las compañeras de Tae Bo, escandalizadas, empezaron a elucubrar: que si brujería, burundanga, mal de ojo, depresión, marihuana, gripe aviar, terrorismo…

Pero unas amiguitas macabras entendieron la situación, y empezaron a decirme, cada vez que me veían: "La Culpa es de la Vaca". Chamo, se pasaron…

Ok, ¿Puede haber algo peor a que me guste el gordito?

Sí, EMPATARME con el gordito.

Ahora sí que estaba en problemas…

1. Kilos que superan los dos dígitos + yo misma = Suicidio Social Inminente
¿Solución? Hasta nunca, Las Mercedes.

2. Nicasio: ese nombre espantoso que te puso tu mamá.
¿Solución? Ante la opinión pública, serás un gringuísimo "Nic".

Dada mi autoexclusión de la vida pavita, comenzamos a ir a la Cinemateca y otros sitios raros. No ha sido tan malo. En esta época de implantes y cirugías, he aprendido muchas cosas de tu cine viejo. Por ejemplo, Scarlett O´Hara, tremendo personaje, bien bonita. Pero le hace falta silicón. Digo yo.

Y cómo olvidar a la rubia natural (difíciles de encontrar), el amor en pantalla grande de Boggie. Ingrid Bergman. Cuando vi sonreír a Ilsa Lund, me quedé estupefacta… ¡Chamo, antes eran lindas de nacimiento!

De igual modo, ahora la filosofía también me parece apasionante. Por ejemplo, el chisme de Hannah Arendt y Heidegger es demasiado bueno: profesor-alumna, II Guerra Mundial, cartas de amor para toda la vida…(Aunque sean tus autores favoritos, tu gente profunda, te comento que la historia no es NADA que no puedas leer en Cosmopolitan).

Y, ojo, no creas que no he pillado que yo también he influido en lo que haces: ahora tomas Coca Cola Light. Sabasnieves me ha contado que te ve a menudo. Y tu bro me dijo que las canillas se enfrían un poquito porque las llevas a la casa caminando.

Pero, tranqui, que así como tú me enseñas sobre Marx y Sartre, yo te asesoraré en estética. Eso sí, Nic, te advierto algo: estar buenota (e) es tan o más difícil que sacar una carrera universitaria.

Este cuerpito –aunque lo parezca- no es una donación del señor.

Por cierto, fue horrible cuando me explicaste que Jean Paul le dijo a Simone que el amor entre ambos era "necesario", pero que no podían renunciar a amores "contingentes". O sea, Nic, nada de libertades existenciales para nuestra relación…¡SÚPER PROHIBIDO!

Ya lo sabes. Cuidadito con alguna filósofa cuatro ojos que quiera pasarse de intensa contigo, o una gótica mosquita muerta que venga a preguntarte qué opinas de Acorazado Potemkin…Mira que la federación de cuaimas del gym respondemos heavy ante cualquier movimiento suspicaz.

Y si me las tengo que llevar a todas al Ateneo, ME LAS LLEVO.

Ya lo imagino: "Niñitas, al ataque. Objetivo: Interceptar a la desarreglada. Licras fucsia, a la librería. Licras Salmón, inspección a la Anna Julia Rojas… No, no es una persona, muchachas, es el nombre".

En fin, ¿Para qué pensar en estas cosas?

Mejor vamos a lo bonito. Te debo muchas gracias:

• Gracias, ante todo, por comprender que también se le puede otorgar sentido a la vida haciendo steps
• Por tonificar mi espíritu
• Por adelgazar mis preocupaciones
• Por hacer que todas mis cosas favoritas de la vida rimen: Nicasio, Gimnasio y Centro San Ignacio
• Por estirarme hacía otros mundos
• Por hacerme entrar en el espejo, y descubrir cosas fantásticas
• Por considerarme, como una vez leí en tu libreta de apuntes: “una cotufa elevada al infinito, incesante, profunda, como una muñequita china”
• Por ser redondo y grandote como la tierra. (Por eso estás tan cerca de las estrellas)

Tú me dices que tengo como talento para la cultura. A lo mejor me ves un día, leyendo alguna cosa escrita por mí, en el Trasnocho. Y tú en el público, esférico y radiante como el sol, viendo como esa señorita que lidera todos los concursos de bailoterapia, también habla del amor y de la existencia. Contigo como permiso. Contigo como excusa.

Bueno, Capitán Planeta, nunca me despegues de tu órbita. Porque sé que nos vamos a comer el mundo juntos…

Buen apetito,

TU CHICA


La autora ganadora es Dariela Sosa, estudiante de Comunicación Social.
Muy merecido el premio por la palabra, el espíritu y el humor de su carta.

Me divertí y me deleité leyéndola y releyéndola.
¡Felicitaciones y Buen Viaje a Madrid!
P.S.
Gracias Dariela, por enriquecer mi blog, al permitirme publicar tu bella carta.

jueves, 19 de abril de 2007

Allá y Entonces


2046
Una película china de Hong Kong, filmada en Shangai en 2004.

Densa, lenta, inusual e interesante, en la que el personaje principal (un periodista bohemio, o quizás simplemente despechado) se debate entre amores perdidos y relaciones inalcanzables, en tiempos indefinidos.

Regreso al cine simbólico, de mensajes personales a interpretar según la historia de cada quien. Cine intimista, profundo, complejo, extraño. No apto para publico “moderno”, acostumbrado a mensajes claros, directos, rápidos y cortos…

El ritmo de este filme es el de las agonías interiores, lentas, repetitivas, que regresas una y otra vez, las angustias existenciales recurrentes: ¿me quiere? ¿no me quiere? es la duda eterna, de quienes se sienten inseguros, de su amor y del amor del otro.

La película nos sumerge, sin tiempos lineales, en la vida y pensamientos del personaje y las relaciones que lo persiguen eternamente sin alcanzarlo nunca.
Duda de la vida, de su sentido, del amor mismo. Prefiere rozarlo, no entrar de lleno en relaciones intimas que comprometan su vida, “libre” en apariencia, pero atrapada en si mismo.

Vida interior plena de desconcierto, dilemas, paradojas: la búsqueda del amor ideal, huyendo del amor real; la estética de la sordidez; encontrarse perdiéndose, en el submundo de los prostíbulos, los casinos, el licor y otras drogas, en un cuartucho de un hotel de mala muerte.

"Si hubiera nacido en otra época, quizás hubiera sido feliz", afirma el personaje, "No sirve de nada encontrar a la persona indicada si el momento no es el adecuado".

Acertijos existenciales, que destruyen para siempre la existencia de quienes no los resuelven a tiempo.

Como en el caso del protagonista, cuya vida queda a la deriva, sin rumbo ni puerto hasta el 2046, o en el 2046, que es también el número de su habitación en el hotelucho donde sobrevive.

Vive “Allá y Entonces”, en un futuro virtual, que no existe, que es su pasado, que continuamente regresa, hasta que se encuentre a si mismo, en el presente, “Aquí y Ahora”.

Destacan la estética de las imágenes, la música fascinante y sorprendente con la inclusión de boleros latinos clásicos como Siboney y Perfidia, entre otros, y el lenguaje cinematográfico es poético, innovador, creando una mezcla sensual, impactante, bella y oscura.
Muy buenas las actuaciones.

Recomendable para quienes buscan cine no convencional.
Mi Nota: 7/10

domingo, 15 de abril de 2007

Carta de Amor

Querida,


Te conocí por esas cosas del destino... Fuiste tú, precisamente tú y no otra cualquiera, quien me recibió con su abrazo de mar y tierra cuando fui arrojada a la vida sin preguntas, sin sondeos, sin acuerdos. No importó, tú estabas allí.

Recuerdo con emoción, cuando a mis 9 años, me regalaste mi número de cédula ¡qué detalle! ¡qué regalo único para mí! Lo guardaré toda mi vida como un tesoro... Vino acompañado por mi foto de niña con aquella pollina que cortineaba mis ojitos y por aquel jeroglífico juguetón de mi primera firma, orgullosa y oronda, que se extendía debajo de mi color de ojos, de mi estado civil y de mi nombre generoso en letras amables para el oído de estas tierras.

Pero nada como recordar la sensación alucinante de ser tuya aquella vez que en el primer censo de mi vida, tú me contaste como 1, yo estaba allí, metida feliz e inocente en las entrañas de aquel número grandote que le regalaste a los ávidos estadísticos, acompañada por millones de otros unos y unas.

Y fui creciendo, descubriéndote y haciéndote mía a su vez: Primero fue tu lengua, tu lengua única, tu osadía y manifiesto de que un idioma común nos separaba (y nos separa) del resto de los hablantes oficiales del castellano: “Chévere” , “vaina”, “bicho”, “coroto”, “ladrar”, “épale”, “pana”, “chamo”, “pelúo”, “melao”, “coñazo”, “cambur”, “vergatario”... fueron palabras que coleaste temprano en mi diccionario con esa complicidad tuya que te caracteriza y que me derrite con sus guiños. Te adoro Chama...

Y por la boca, además de la palabra, me diste luego el deleite de manjares exóticos, eclécticos, traviesos: la arepa bivalva capaz de ofrecer como perla cualquier delicia que quepa adentro, las hallaquitas amarradas y con instinto de libertad, diversas en el sello del chicharrón, el ají y la nada repleta de potencialidades; ni hablar de la cachapa que lagrimea de alegría gotas de mantequilla dispuestas a arrejuntarse con el queso de mano o guayanés, las negritas refritas y brinconas, las tajadas dulces y fieles, la carne con sus mechas al viento y la hallaca, la reina absoluta de los sabores, la que no pela un diciembre y nos descubre adictos cuando no la tenemos. El ron, la rumba, las frías, la salsa adobando las caderas, los panas, la familia y los panas de la familia también, y los panas de los panas y así sucesivamente... así tú, toda tú.

Y ese verde amazónico y húmedo, y ese azul espumado en tu orilla, y ese blanco de copo en tus cimas, y ese negro de tu oro profundo, y el marfil de tus dunas inquietas, y esa tú, toda tú.

Y hablando de colores querida ¡si que has cambiado últimamente! te has vuelto bipolar, te pones roja, te pones azul ¡y morada con la mezcla! Desde que me enamoraste y te conozco, has ido creciendo en número, en colores, en símbolos, en estrellas, en puntas, en extremos, en experimentos, en ganas, en contradicciones, en sueños, en odios y también en amores, en créditos, en carros, en muertes y también en nacimientos. El asfalto de tus vías se ha llenado de pasos que marchan tras el sueño de vivirte próspera y segura para todos: unos para allá, otros para acá... sordos todos de tanto oírse sin escucharse, ciegos de tanto verse sin observarse y mudos de tanto gritarse sin hablarse.

Y en realidad yo no sé bien por qué hoy te digo todo esto; tal vez lo que pasa –aunque suene ridículo- es que te quiero, te sigo queriendo con tus luces y tus sombras, con tus eclipses, tus noches y amaneceres, con todos tus colores y colorcitos, te quiero con mis miedos y esperanzas, con mis talentos para darte y mis ganas de quedarme a tu lado para no tener que buscarte luego en otros supermercados, en unos pocos días de verano, en los apellidos de una guía telefónica, en internet, en los noticieros, en el acento, en las conversaciones, en los rincones, en todas partes... Te quiero grande, pertenecida y perteneciente, te quiero, mi Venezuela.


Luisa Elena


Esta es la bella carta de amor que escribió mi amiga Luisa Elena Sucre y que muy merecidamente fue seleccionada entre las 10 finalistas del Concurso Mont Blanc Cartas de Amor 2007, en el que participaron 6.200 personas.

Me honra el permiso que Luisa Elena me dio para publicarla aquí, para el disfrute de todos.

¡Felicitaciones!