domingo, 5 de noviembre de 2006

Marcelo Tejedor (el chef jodedor), Salón Internacional de Gastronomía.












Este cocinero es un personaje excepcional. Chef de Casa Marcelo, en Santiago de Compostela, restaurante con una estrella Michelin. No tiene ninguna pose de famoso, es un gallego sencillo y simpaticazo (jodedor, para ser más claro), que se ríe de nuestros chistes de gallegos y hasta los cuenta:
¿Cómo hace un cocinero gallego para enfríar la leche? Mete la vaca en la nevera. Cuacuacua, jajajaja.

A su presentación: “El sentido común, un ingrediente transgresor”, asisten nuestros famosos chefs, como Sumito, atento como un alumno en sus primeras clases de cocina.

Entre chanzas y buen humor comienzan sus tips para cocineros y demostraciones sorprendentes por lo creativo y provocador: Naranja molida con su concha, Carne macerada, Ojo de Calamar.

Sigue el juego de provocación: Huevo y la salsa. Yemas de Santa Clara Monjas, simple y mejor que el de las monjas.

Metahuevo: yema frita con trufa! Crema Tonta pero imaginativa
Cocina popular recreada y en juego. Inventos extravagantes, con nombres rebuscados, para seguir entre en serio y en broma:
Gastrorbital. Magnetogastro. ¡Ciencia y cocina en joda!

Gastroclón: Espejito que adecuadamente colocado en el plato, multiplica las porciones, se disfruta más y sin engordar ¡Todo un espejismo! Una sátira de las porciones pequeñas y las dietas eternas.

Las imágenes de su presentación y sus palabras son muy gráficas e ilustrativas, pero nada como la exhibición en vivo más impactante, para mi.

El Cafetocaldo. ¡¡Sopa de verdura hecha en minutos en una cafetera de esas italianas caseras!!
Divertido guasón: nos mima con un humor necesario para el buen vivir. ¡La Dolce Vita!

Apasionado del producto, de cuidar la calidad, de los buenos ingredientes, sin apuro, sin prisa, inspirado por el mestizaje latino, por lo fantástico del mundo latinoamericano, de su naturaleza.
Este señor es un transgresor jodedor, con un sentido de humor poco común.
Si su presentación es una muestra de su cocina, debe valer la pena un viaje a España para deleitarse en su restaurante.

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