jueves, 30 de agosto de 2007

Fanny y Alexander





Una de las ultimas obras maestras de Ingmar Bergman, ganadora del Oscar a Mejor Película extranjera en 1983, refleja la tenue frontera entre la imaginación y la realidad en la Suecia del inicio del siglo pasado, entrelazando historias familiares, conflictos y sus preguntas existenciales.

Una película que si tener la complejidad del cine del autor, posee una profundidad incluso mayor que algunas de sus anteriores películas, aunque permite lecturas más accesibles al gran público. Refleja la maduración cinematográfica de este artista en continua renovación. De hecho no se parece a sus anteriores películas, lo cual desconcierta inicialmente a los apasionados del director sueco de los primeros años.

Intrigas, dilemas, dudas, sexo, relaciones, adolescencia, banquetes, fiestas, vida, muerte, toda la existencia humana, con sus conflictos y contradicciones.
La fe, la iglesia, la disciplina, los dogmas, la represión, el estoicismo, las imposiciones en nombre de dios, sufridas desde la niñez, dejan huellas imborrables en la psique humana. Magistralmente retratadas en una historia elaborada y bien narrada, para ser aprecidada por todos, incluso por la "Academia" que otorga los Oscar.
Mi Nota: 8,5/10

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