La salud a riesgo…

Es notoria y creciente la congestión de las clínicas privadas del país, por múltiples razones que se conjugan para hacer este problema insoluble en las actuales condiciones:

• las continuas amenazas y presiones políticas que recibe este y casi todos los sectores privados, espantan la inversión en ampliación de las actuales clínicas y en creación de nuevas clínicas,
• mientras crece la población y aumenta exponencialmente el número de personas que acuden a clínicas privadas,
• por la ineficiencia de la salud pública, incluyendo la desactualización de los "médicos" cubanos de Barrio Adentro, que recetan medicinas antiguas, ya en desuso (que seguramente importamos de Cuba pagándoles con petróleo),
• por el aumento de gente asegurada con seguros privados contratados por los ministerios y las empresas estatales, cuyos empleados no se "calan" los hospitales públicos,
• las nueva medicina prepaga, tipo Sánitas, que afortunadamente permite el acceso de mucha más gente a la salud privada,
• por la mayor cantidad del oro negro en manos de la gente, en especial de los "robolucionarios", la nueva clase política que “salió de abajo” y se da el lujo de ir a las clinicas privadas, además de comprar inmuebles en Aruba y Miami y tener avión privado,
• y de los “socialistas” consecuentes que no pisan un hospital público ni de casualidad, comenzando por el presidente y sus familiares.

Mientras, los pobres siguen fregados en las salas de espera de los hospitales, teniendo que llevar sus sábanas, almohadas, alcohol y medicinas, si es que logran ser atendidos y no mueren en el intento.

Ante tanta demanda de servicios de salud de calidad y tan poca oferta de los mismo, es natural que suban los precios de las clínicas privadas. Sin embargo los lúcidos análisis “revolucionarios” dictaminan que se trata de especulación.

Sin obviar que en estas circunstancias siempre es posible que haya abusos de algunas clínicas, médicos y/o empresas de seguro, las raíces del problema están en las acciones y omisiones del gobierno, en su incapacidad para ofrecer servicios de salud público efectivos y en el crecimiento de la población que requiere más servicios de salud.

Veremos a donde se irán a atender los “socialistas” que nos conducen hacia las “brillantes soluciones revolucionarias”, cuando “estaticen” las clínicas privadas para obligar a que todos suframos por igual el desastre de los servicios de salud públicos, mientras ellos mantienen sus privilegios.