sábado, 22 de septiembre de 2007

París


París está bella como siempre o más que nunca.
Esa es la primera impresión en nuestras primeras caminata por sus limpias y amplias calles, con un aire fresco del inicio de Otoño.
Una ciudad moderna, que preserva su historia, su esencia, y que a la vez tiene puesta su mirada en el futuro, cambiando para adaptarse a los nuevos tiempos.

Un ejemplo de sociedad, que a pesar de sus dificultades, ha sabido crecer con equidad y bienestar generalizado, lo cual ha requerido de milenios de avances y retrocesos, económicos y sociales.