lunes, 30 de julio de 2007

Henrilson José y los baños de cariaquito mora´o

Artículo de Cástor Carmona, tomado de la Revista Dominical de Últimas Noticias del 29 de julio, 2007.
Publicado también en su blog: “crónicas de los crónico

Muy divertido.

Henrilson José y los baños de cariaquito mora´o


Apenas leí en el periódico que la escritora J.K. Rowling amasó una fortuna superior a la de la Reina de Inglaterra gracias a las novelas de Harry Potter, me abalancé sobre la computadora para iniciar la redacción de una epopeya infantil cuyos jugosos dividendos paguen parte de mis deudas. A la exitosa fórmula del aprendiz de mago, le incorporé un toque de color local cuyas características dejan en pañales la emoción generada por las arañas monas gigantes y los dragones hambrientos de la saga inglesa.
Mi Harry se llama Henrilson José, hijo de una ama de casa, y un mototaxista residente en El Guarataro que todos los días regresa vivo al hogar tras cumplir su riesgosa jornada por las calles capitalinas (de ahí le vienen al chico sus poderes mágicos). Pero un día al padre lo detienen por no llevar en regla los papeles de la moto ni medio en el bolsillo para mojarle la mano al fiscal de tránsito, percance que lleva a Henrilson José a asumir el sustento familiar.
Enterado de sus habilidades extraordinarias, nuestro protagonista decide ganarse la vida dando ramazos con cariquito mora´o y prediciendo el futuro mediante la lectura del tabaco y de la borra del café. Obtiene una nutrida clientela por acertar regularmente los números de la lotería y los ganadores de las carreras de caballos, razón por la que el Seniat lo acusa de evadir impuestos, suspendiéndole la concesión del negocio de esencias que Henrilson José había montado en el mercado de Quinta Crespo.
El héroe se ve obligado entonces a improvisar malabares bajo los semáforos de la Libertador, momento cuando conoce a dos magos fabulosos: Lila, que domina el secreto de la vida eterna, y Lapi, consumado escapista. Juntos practican trucos sin precedentes, tales como la interpretación de los sueños sin consultar el Libro de San Cono, o conseguir por medios sobrenaturales un kilo de caraotas negras.
Pero basta que los chicos se inscriban en una escuela pública para descubrir que sus poderes no son nada del otro mundo: en el centro educativo es bastante común observar a padres y representantes apelando al arte de la hechicería durante la compra de los útiles escolares y el uniforme, o a los maestros llevando sendas pepas de zamuro como talismán para el cobro de los Cestatickets. De esta manera Henrilson José confirma la sospecha que intuía desde el principio de sus aventuras: en este país sobran los magos que hacen que eso de perseguir una pelotica montado sobre un palo de escoba parezca una ocurrencia más del Hermano Cocó.

No hay comentarios.: