De mal en peor

Con el cierre de RCTV el líder único de la "revolución" ha acelerado de la radicalización del "poseso" y va a querer llevarse por delante a quien se le atraviese.

Es ya muy clara su intención personal de ser quién sustituya a su amado Fidel en la "salvación" de la humanidad y de permanecer en el poder "hasta que la muerte lo separe", como le enseñó su maestro de autoritarismo.

Para ello necesita "graduarse" antes de que su maestro se despida y su tesis de grado será implantar la antidemocrática Constitución Cubana en estas tierra, para ser un digno heredero, convirtiéndonos en la copia exacta de su modelo, incluyendo las leyes más “socialistas”, como aquellas contra la propiedad privada, para beneplácito de su Jefe.

Ya lo están cocinando entre tinieblas y antes de fin de año tratará de imponerla con sus habituales tácticas militares de distracción y ataque sorpresivo, por la espalda y a traición, cómo la hizo en el caso de RCTV, llegando hasta la virtual expropiación de sus equipos a última hora, cerrando el canal contra la voluntad del 80% del pueblo, al que sólo respeta si coincide con el.

Su mente militar necesita tener un Jefe Máximo arriba de el, y todos los demás debajo, pisados por su bota, sometidos a su "personalísima" autoridad, es decir sujetos a "lo que le de su real gana" o "le salga de su autoritario forro".
En estos momentos ha desatado su “fuerza iluminada” y es más peligroso que “un mono con una hojilla”, como pronto lo vivirán hasta sus propios partidarios.

Este es el lamentable legado que Fidel dejará al mundo antes de partir hacia el infierno (el otro... el que creó en la tierra no es suficiente).

El mal que padecemos es como un cáncer que hizo metástasis en Cuba, y por alguna razón nos contagió. Ojala que los venezolanos tengamos suficientes anticuerpos para combatir este mal, antes que nos devore las extrañas, como los hizo con el pueblo cubano, que después de una generación de opresión perdió su alma y está a la merced de sus amos, una minoría de privilegiados miembros del partido único cubano, de sus fuerzas armadas, de sus “dirigentes” impuestos a sangre y fuego.

La esperanza es "el bravo pueblo" venezolano, nuestros jóvenes, los nuevos dirigentes políticos, los estudiantes universitarios, que ya muestran signos de su histórica capacidad de resistencia y rebelión, que ya está siendo reprimida por los policías y militares en las calles.



La pelea apenas comienza y va para largo. Nos esperan tiempos difíciles, pero “no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”.